05/10/2015. La Real, Fervorosa e Ilustre Hermandad de Penitencia del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Nuestra Señora de la Esperanza, Nuestra Señora del Rosario y Beato Ceferino Mártir, popularmente conocida como Hermandad de Los Gitanos celebra este miércoles miércoles 7 de octubre Solemne Culto en honor a su venerada Titular, Nuestra Señora del Rosario.
La Iglesia Parroquial de Santiago el Mayor acogerá este acto litúrgico a las 19:30 horas. El evento consistirá en el Rezo del Santo Rosario y a continuación, a las 20:00 horas, tendrá lugar la Misa Solemne ocupando la Sagrada Cátedra Juan Luis Rubio Lora, párroco de Santiago el Mayor y director espiritual de la Hermandad. La Misa será aplicada por las intenciones de las camareras de Nuestra Señora del Rosario.
La Hermandad de los Gitanos es la única hermandad de penitencia en Utrera que tiene por titular a la Virgen del Rosario. Los lazos de unión con dicha advocación se remontarían a la segunda mitad del siglo XIX, ya que tanto la imagen de la Virgen, y el retablo donde se venera, como la imagen del Cristo de la Buena Muerte pueden tener un mismo origen de procedencia.
Los datos históricos indican que la imagen llegó a la parroquia de Santiago el Mayor tras la desamortización y exclaustración del convento de San Bartolomé de la Orden de Predicadores, extinguido en esa época y cuya ubicación vendría a estar en la zona de la Plaza de Abastos y el actual cuartel de la Guardia Civil.
Posteriormente y a raíz de la fundación de la hermandad gitana, la Capilla del Rosario ha sido usada habitualmente por ésta para diferentes actividades fortaleciéndose el vínculo con dicha devoción. En 1997, la hermandad la incorpora entre sus titulares junto al Beato Ceferino Jiménez Maya, mártir ferviente defensor del Rosario.
Como expone Eduardo González de la Peña en su libro ‘Cincuenta Años Gitanos’, la historia de esta antigua imagen escultórica de autor anónimo -que es de candelero para vestir, y aunque hay indicios de que sea del siglo XVI, fue muy transformada y prácticamente rehecha en el siglo XVIII, en la que fue colocado el Niño Jesús que luce hoy- durante mucho tiempo corrió pareja a la comunidad dominica de Utrera, que fue la encargada de extender esta devoción.