16/01/2015. El Juzgado de lo Penal número 12 de Sevilla no se ha llegado a celebrar finalmente después de que se haya llegado a un acuerdo de conformidad entre las partes, el juicio contra un médico odontólogo ha aceptado este jueves una condena de seis meses de cárcel por un delito contra la intimidad de las personas tras grabar en una clínica de Utrera con un bolígrafo-cámara a siete compañeras y trabajadoras.
El médico que responde a las iniciales G.B.R., ha aceptado una condena de seis meses de cárcel y el pago de una multa de 800 euros por un delito contra la intimidad de las personas, mientras que también se le prohíbe acercarse a menos de 300 metros de las siete afectadas durante un plazo de tres años.
Igualmente, el condenado tendrá que pagar una indemnización total de 9.000 euros a las siete afectadas, entre las que se encuentra una compañera y seis trabajadoras de la clínica entre enfermeras y auxiliares, y deberá hacer frente a las costas del proceso judicial, que ascienden a 3.700 euros.
La Fiscalía pedía inicialmente para el acusado dos años de cárcel, pero finalmente la condena se ha quedado en seis meses de prisión al haberse aplicado las atenuantes de reparación del daño y dilaciones indebidas, ya que el caso instruido por un Juzgado de Utrera se remontaal mes de abril de 2009.
Los hechos fueron descubiertos el 18 de abril de 2009 cuando los investigadores tuvieron conocimiento de los hechos tras recibir la denuncia de una empleada y de la directora de la clínica, que manifestaban que habían encontrado un bolígrafo provisto de cámara oculta.
Según las denunciantes, el bolígrafo fue descubierto por un médico que lo observó en el bolsillo de una bata blanca que estaba colgada de una percha en el vestuario donde habitualmente se cambian de ropa las empleadas de la clínica.
Al inspeccionar el artilugio, el médico comprobó que era un 'bolígrafo espía' en cuya memoria se almacenan las grabaciones de una cámara de vídeo oculta en la parte superior lateral del capuchón. Así las cosas, este facultativo alertó a sus compañeras de trabajo, quienes visualizaron el contenido de la memoria del bolígrafo almacenaba y descubrieron imágenes de ellas mismas cambiándose de ropa.
Por ello, decidieron denunciar los hechos ante la Guardia Civil, cuyos agentes identificaron al presunto responsable de los hechos y lo detuvieron por un delito contra la intimidad.
El 'modus operandi' del condenado era colocar el artilugio entre las batas blancas y ropas colgadas en los percheros unos minutos antes de que el personal femenino entrara a cambiarse y retirarlo una vez cambiadas las mujeres.
Fuente: UTRERAWeb
